Artes escénicas: el mejor de los momentos en el peor de los tiempos
El teatro español vive una terrible paradoja: su gran momento creativo se ve ahogado por la coyuntura económica
Los impagos hunden Veraneantes, el montaje triunfador del año
¿El hombre de moda en el teatro español? Miguel del Arco. ¿El ejemplo de montaje triunfador en 2011? Veraneantes, nominado en 14 categorías a los Premios Max de las Artes Escénicas (nunca se había dado tan rotunda circunstancia). Bien, los ayuntamientos, muchos, no les han pagado sus actuaciones, a lo que hay que añadir los que les han dejado de contratar porque no tienen dinero. Todo ello pone en serio riesgo la continuidad de los espectáculos (La función por hacer o este Veraneantes….) que actualmente tiene Kamikaze, exitosa compañía de Miguel del Arco y Aitor Tejada, y como es lógico la perspectiva de sacar nuevos proyectos adelante. “Esas, por ejemplo, son las razones por las que nos hemos visto obligados a cortar la gira de Veraneantes un éxito de público y crítica que está siendo reclamado por docenas de teatros, pero ya no podemos asumir pagar nosotros dietas, hoteles, sueldos…. Nos han ahogado y hemos tirado la toalla”, señala del Arco.
Acoso presupuestario a las compañías valencianas
El recorte más tajante en materia de las artes escénicas valencianas ha sido la supresión del festival de teatro callejero y alternativo Veo. El Ayuntamiento de Valencia decidió eliminarlo para ahorrarse unos 600.000 euros este año. La Generalitat, sin embargo, ha optado por ir reduciendo los presupuestos destinados al teatro, la danza y el circo de manera progresiva hasta la agonía de muchas compañías. El problema ya no es sólo la disminución continua del porcentaje de las partidas de la Consejería de Cultura para las artes escénicas o la preferencia por los llamados ‘eventos’ de impacto mediático, sino también el drástico recorte de la Consejería de Educación en las ayudas para las actividades extraescolares como la asistencia a funciones teatrales.
Muchas compañías y salas subsisten gracias a estos ingresos. En pocos meses se han registrado 16.000 espectadores infantiles y juveniles menos, según las estimaciones de la profesión. Además, los festivales más consolidados como el Festival de Teatro y Música Medieval de Elche o el de Sagunt a Escena han menguado notablemente sus presupuestos y buena parte de los ayuntamientos ha dejado de contratar a las compañías. Un coctel explosivo en una profesión teatral que nunca ha dejado de sentirse en crisis.
1,2 millones debe la Xunta
En Galicia, las compañías afrontan una complicada situación por la falta de ayudas públicas para producir sus montajes. Lo peor es que aún no han cobrado cerca de 1,2 millones que la Xunta les debe del año pasado. El Centro Dramático Galego, la compañía pública, emblema de la producción escénica en la región, solo producirá un espectáculo este año.
Tiempos difíciles en Sevilla
El Teatro Central de Sevilla, que se programa junto al Cánovas de Málaga y el Alhambra de Granada, ha sido uno de los más afectados por los recortes, con una caída del 49% entre el presupuesto de 2008 y el de 2012. Los tres espacios escénicos, que pertenecen a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, han pasado de contar con 3.264.000 euros a los 1.663.000 euros presupuestados en 2011, cantidad que se ha mantenido este año.
El Central, el templo de las vanguardias escénicas en Andalucía, continúa programando espectáculos internacionales de primer nivel gracias a las sinergias que ha creado con otros espacios escénicos españoles como el Mercat de les Flors o el Teatro Español, pero su responsable, Manuel Llanes, cree que han llegado al límite “por debajo del cual sería difícil mantener la exigencia de calidad a la que hemos acostumbrado a nuestros espectadores”.
Los festivales de teatro y danza que se venían celebrando en Sevilla, organizados por la iniciativa privada pero con subvenciones municipales, han corrido la misma suerte que los espacios escénicos de gestión privada que en 2010 contaron con una ayuda de unos 300.000 euros; el año pasado no tuvieron ninguna, y en 2012, el Ayuntamiento ha dicho que repartirá 50.000 euros entre todas las salas. La delegada de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella, anunció el lunes que El Festival Escénico Contemporáneo de Sevilla (FEST), con una dotación de 120.000 euros, será bienal; así como otras citas musicales y literarias que venían celebrándose en Sevilla todos los años.
El Siglo de Oro reluce menos en Almería
Más de mitad ha bajado el presupuesto de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería, la segunda cita del teatro clásico en España después de la de Almagro. Al ya mermado presupuesto de 2011 (100.000 euros), este año, el de su 29ª edición el total ha bajado hasta los 46.000 euros. Sus responsables se cuestionan ahora la continuidad de las jornadas.
No es la única cita afectada en Almería. Entre las bajadas más espectaculares está el otrora boyante Festival de Teatro de El Ejido, que celebrará este año su 35ª edición y aún no tiene consignado presupuesto. En 2008 se programaron 70 funciones con 600.000 euros, pero desde entonces ha ido bajando hasta llegar a 2011 con 100.000 euros y 35 funciones, un descenso del 83%.
La incertidumbre de Laila Ripoll y Micomicón
Uno de los grupos más peleones y creativos del panorama escénico, Micomicón, liderado por la autora y director Laila Ripoll, celebra estos días sus veinte años de existencia con un regalo inédito para ellos: la incertidumbre. La desaparición de festivales y circuitos ha tenido como consecuencia la falta de lugares para exhibir los espectáculos, de manera que, por vez primera se encuentran con que no pueden producir su próximo espectáculo. No saben si pueden estrenarlo. “Nunca habíamos tenido esta incertidumbre, esta falta de salidas, de futuro, de horizonte. Ahora mismo estamos parados, sin poder abordar el espectáculo que teníamos pensado y a la espera de que nos contesten si va a haber presupuesto o no para la contratación del mismo en las plazas que teníamos pensadas para su estreno. El tiempo corre en nuestra contra y supongo que no somos los únicos en esa situación”, señala Ripoll.
El ejemplo D’Odorico
El productor y escenógrafo Andrea D’Odorico es un ejemplo más de cómo está viviendo los recortes y la crisis la empresa teatral privada. Tiene que bregar con los impagos y la falta de contratación por parte de los teatros del estado español, que son muchos, pero dependen mayoritariamente de los municipios. La mayoría de ellos se quedan con la taquilla (el idilio del teatro con el público es innegable) para cubrir otros gastos y no paga a los responsables de los espectáculos. Productores como el veterano Juanjo Seoane, Jesús Cimarro, Concha Busto, y tantos otros están afectados.
Parón de actores
Una de las muestras tal vez más claras del enorme paro que sufre la profesión, con los actores mejor formados de la historia del teatro español, es el número de cómicos (como toda la vida se les ha llamado) que en los últimos meses se han incorporado al directorio de actores que Helena Pimenta ha creado en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y que ya supera la cifra de 2.000
Nuevo Teatro Fronterizo y en suspenso
José Sanchis Sinisterra, reconocido dramaturgo, se ha reinventado una vez más a sí mismo, con la puesta en pie de un pequeño grupo de profesionales del Nuevo Teatro Fronterizo llamado La Corsetería y situado en el madrileño barrio de Lavapiés. Un pequeño centro donde se desarrollan actividades en torno al teatro y en las que están involucrados gentes de la escena y vecinos del barrio. Los recortes ahondan en la fragilidad estructural del proyecto no comercial y no centrado en la rentabilidad económica: “Se quedan en el cajón proyectos sin sostenibilidad económica propia; se limita la oferta de investigación y formación, pues nos impide ser arriesgados en las propuestas”, señala Ana Belén Santiago, parte de La Corsetería. El centro se ha visto obligado a replantear y retrasar proyectos importantes. ¿Ejemplos?Joan Brossa, encrucijada de las artes; Centenario de Nelson Rodrigues,Nuevas dramaturgias latinoamericanas, Teatro propiamente dicho o un programa lecturas de obras y de autores internacionales desconocidos en España. También tendrá que esperar el cambio de sede a una salita en la que quepan, al menos, 100 personas.
“Espero que no lleguemos al suicidio colectivo”, bromea Sanchis Sinisterra. “Las gentes del teatro se están latinomericanizando y reinventando fórmulas y proyectos con distintas formas de distribución y exhibición, así que, aparte de otros efectos negativos, que son muchos, puede que tenga algún efecto colateral positivo con el que puede que se de una lección y una respuesta a ese regodeo de los teatros públicos y su política exhibicionista”.
La Zaranda ya venía recortada
En contraposición a tantas gentes del teatro, el prestigioso, también internacionalmente, grupo La Zaranda, sostiene que ellos ya están recortados y en crisis desde que nacieron. Es una compañía que piensa que, como ella, otros grupos de creación han crecido en la carencia y la adversidad y ninguna dificultad les será nueva. “Lo económico si acaso podría dañar a eso que llaman producto teatral, con sus productores, su marketing, su publicidad, su estéril famoseo… aunque no lo creo porque la crisis no afecta a lo muerto”, señala Eusebio Calonge autor de La Zaranda quien junto al Paquito de La Zaranda piensa que la creación teatral no depende de los despachos grises de los políticos: “¡Qué más quisieran ellos! Nuestro futuro, el futuro, pasa por conquistar un presente a golpe de poética”.
Un premio Max a subasta
El Festival Don Quijote de París es la única muestra en la que se programan espectáculos de factura en español, pero los recortes están ahogándolo hasta la extenuación. Esta muestra que obtuvo el pasado año el Premio Max de la Crítica, pero la estatuilla diseñada por Joan Brossa se sacó a subasta para sufragar gastos de la muestra. Con todo, ha tenido que reducir el número de grupos invitados, así como los sueldos del personal y se ha pasado de diez días a seis, los sueldos del personal: “Si los recortes continúan haremos un festival de mínimos, intentaré buscar las formas de mantener la presencia del teatro español en París”, señala Jiménez.
Deje propina a Lope de Vega
Son años en los que el showman, bufón, payaso, actor, dramaturgo y provocador Leo Bassi lucha para vivir sin subvenciones. Siempre ha tenido miedo profundo a ver el teatro, y el arte en general, crecer en una realidad diferente de la de la mayoría de la gente. “El maná público ha transformado al teatro en un cementerio dorado para un público burgués jubilado, cumpliendo así tristemente, mis peores previsiones. Los jóvenes se sienten lejos del teatro institucional porque no representa en nada su realidad”, señala este profesional que cree que los jóvenes artistas, para tener relevancia, deben hablar del mundo que les rodea “y no lo pueden hacer si viven en una burbuja artística”.
Bassi no oculta que se corre el riesgo de que con las dificultades económicas crecientes, un cierto estilo de teatro subvencionado pueda parecer hasta obsceno para los que llegan a fin de mes a duras penas: “Ello puede hacer el juego al pensamiento reaccionario que denigra el arte como algo inútil, superfluo y de estómagos agradecidos”.
Por suerte, la gente está reaccionando y él nota un espíritu nuevo que podría llamarse la supervivencia creativa: actuar en espacios no teatrales, obras de pocos minutos, performance y provocación para difundir ideas como nuevo circo, flash político-teatrales o su Belén en tiempos revueltos de las pasadas navidades pagado por las donaciones de las 16.000 personas que lo vieron. “Quizás un nuevo Lope de Vega ya exista y hace de camarero para pagar los ensayos de su primera obra de Teatro que se estrenara en una casa ocupada...”, señala el actor.