miércoles, 23 de julio de 2008

Aviñón, máquina de teatro sin fin

El festival 'off' ofrece un millar de espectáculos que buscan su hueco

El País, OCTAVI MARTÍ - Aviñón - 23/07/2008

El festival de teatro de Aviñón, como el de cine de Cannes, hace coexistir una selección oficial, el in, con un nivel de exigencia artístico preciso y que corresponde a la línea que se fija la dirección del certamen y los distintos artistas asociados cada año, y un mercado o festival off en el que se presentan decenas de espectáculos y compañías que acuden a la ciudad de los Papas para encontrar a programadores, ya sean franceses o extranjeros.

La noticia en otros webs

El off es el que anima las calles y los comercios. De entrada, por una simple razón numérica. Si el in presenta en esta edición 35 montajes, en el off es posible descubrir 957, y si el in utiliza una veintena de espacios distintos, el off se sirve de 110. Eso comporta también que movilicen cantidades muy distintas de intérpretes, técnicos o espectadores.

En la calle coexisten los espadachines que representan en la rue de la Republique uno de los duelos de La botte secrète (La estocada secreta) con los que desfilan disfrazados de monjes transportando un ataúd o los que protagonizan un improvisado carnaval, llevan orejas de conejo o transportan una miniestructura que los transforma en mesas de pimpón móviles. Todos reparten papeles anunciando su montaje. En la plaza del Horloge, uno de los centros vitales del festival, los payasos quieren seducir, al mismo tiempo que un caballero toca en un piano de cola blanco un repertorio complejo y difícil con el que se gana las monedas de quienes se sientan en las terrazas. Si por la mañana es posible desayunar en una atmósfera tranquila y silenciosa, a partir de mediodía lo más fácil es que el curioso desinhibido acabe sumándose a uno de los pasacalles improvisados en defensa de los contratados temporales del espectáculo, de un centro dramático o en contra de los criterios de política cultural del sarkozysmo.

El riesgo económico

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que es difícil para las compañías del off lograr amortizar su visita a Aviñón. Alquilar un teatro cuesta entre 10.000 y 14.000 euros y por ese precio tienen derecho a dos horas de una sala de un aforo que oscila entre los 10 y los 200 espectadores -la Cour d'Honneur, en el in, puede acoger a unos 2.000- y que en muchos casos no dispone ni de climatización ni está bien insonorizada. Además, una vez acabada la representación, hay que desmontar el decorado para que puedan ocupar el espacio los siguientes. Hay salas de teatro incluidas en el off que llegan a programar hasta 11 espectáculos diarios, entre el mediodía y la una de la madrugada. "La Picardía, que es una región situada al norte de París, acude este año oficialmente a Aviñón. Un total de 13 espectáculos creados por compañías picardas han recibido una ayuda para poder venir aquí", explica Laure Gasson, que se ocupa de la prensa a cuenta de la región. "Se han invertido unos 300.000 euros para que puedan presentar su trabajo las compañías que tienen más capacidad para asumir el riesgo económico que supone Aviñón". Otras tres regiones francesas han optado por poner en marcha iniciativas semejantes.

A los alquileres de los teatros (que el resto del año son almacenes, garajes, cines, capillas, escuelas, cuarteles de bomberos o incluso teatros) hay que sumar el coste del alojamiento de técnicos y actores, así como su mantenimiento. La gran mayoría de los participantes en el festival, que terminará a principios de agosto, recurre al cámping, al hotel modesto o a los pisos en alquiler. Es un esfuerzo que se corre con la esperanza de vender, al final, el espectáculo a los más de 3.000 potenciales compradores que se dan cita en Aviñón.

El off vende algo más de 700.000 entradas y atrae, entre el 10 de julio y el 2 de agosto, a unos 250.000 espectadores. El in vende entre 130.000 y 140.000 entradas. Aviñón, que tiene 85.000 habitantes en su término municipal y unos 230.000 en el área metropolitana, ve duplicada su población durante las cinco semanas que duran el in y el off. Casi todo el festival transcurre intramuros, dentro del recinto al que ponen límite las murallas. Fuera de ellas, el in se aventura sin demasiado riesgo, pero el off procura no alejarse del centro histórico y monumental.

El festival in maneja un presupuesto de algo más de 10 millones de euros, de los que un 33% lo aporta el Estado, un 15% el Ayuntamiento, el 6% el departamento, el 5% la región, el 2% la Unión Europea y el 39% restante sale de la taquilla y de los patrocinadores.

martes, 22 de julio de 2008

'Un Google Maps' para la cultura

El Ministerio de cultura lanza una herramienta que recoge datos de contacto de más 7.000 instituciones

El País/EFE - Madrid - 22/07/2008

El Ministerio de Cultura ha incluido en su web Geocultura, un proyecto que pone a disposición de los ciudadanos los datos de contacto y la ubicación geográfica de las instituciones culturales más representativas.

Este proyecto sirve para buscar los datos de todo tipo de instituciones culturales, tanto las dependientes directamente del Ministerio de Cultura como las que dependen de las comunidades autónomas, entidades locales y organismos privados y que figuran en los diversos directorios coordinados por el Ministerio.

En Geocultura se han recogido la dirección y demás datos de contacto de más de siete mil instituciones culturales distribuidas por toda la geografía española, entre ellas las de 453 archivos de diferentes categorías, como archivos generales estatales y autonómicos, históricos provinciales, municipales, militares o diocesanos.

Además, se incluyen 5.000 bibliotecas, tanto las gestionadas por la administración general del Estado como por las administraciones de las comunidades autónomas, Ayuntamientos y diputaciones, así como los 1.420 museos incluidos en el Directorio de Museos de España y los 40 bienes españoles declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Geocultura también recoge datos de los centros artísticos del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), las salas de exposiciones incluidas en la Guía de Recursos de la Fotografía Artística en España (Foto Guía), las sedes del Ministerio de Cultura, sus oficinas de registro y centros de documentación y la sede central del Instituto Cervantes.

Google, el motor de búsqueda

El mapa de Geocultura utiliza la tecnología de Google Maps, de amplio uso en Internet y ya aplicada por otras unidades de la administración general del Estado, como la Dirección General del Catastro del Ministerio de Economía y Hacienda en su Oficina Virtual del Catastro, o la Dirección General de Tráfico del Ministerio del Interior en su Mapa de Tráfico.

Los resultados se muestran de forma diferente en función del nivel de detalle que el usuario tenga seleccionado, y así, mientras que para un nivel mínimo de detalle se muestran agrupaciones de instituciones por poblaciones o zonas del territorio, en el máximo nivel se presenta cada institución individualizada, ubicada con un icono con toda su información asociada: denominación, dirección, teléfono y, en su caso, página web. También se ofrece la posibilidad de buscar todas las instituciones ubicadas en una población o dirección o buscar directamente una institución por su nombre.

A las 7.000 instituciones disponibles actualmente se añadirán en fases posteriores otras bases de datos del Ministerio de Cultura que incluyen instituciones de interés para el conjunto de los ciudadanos y que en este momento están en proceso de elaboración.

Finalmente, se ha incluido un enlace con el buzón Contacte del Ministerio de Cultura para facilitar a los ciudadanos el envío de sugerencias.

viernes, 18 de julio de 2008

El 'spray grafitero' cotiza al alza

Los 'enmascarados' del arte callejero cambian la marginalidad por el estrellato - El francés Blek le Rat edita lujosos libros. A otros 'grafiteros' les condenan por vándalos

JOAN M. OLEAQUE / P. TUBELLA - VALENCIA / LONDRES - 18/07/2008

"Es un hecho: si yo hago ratas, él también; si yo hago un Cristo, él también". Lo constata Blek le Rat, el hombre que ya en el año 81 impulsó el graffiti europeo. Lo hizo a través del dibujo figurativo a tamaño natural, del contenido social y del uso sobre la pared de plantillas rociadas con spray. Básicamente, lo mismo que, más de 20 años después, haría otro grafitero: el inglés Banksy, que ha alcanzado la máxima fama realizando acciones estrambóticas y manteniendo el anonimato, una mercadotecnia magnífica.

"Esto debe ser un grito sociopolítico, algo que impacte", dice Blek le Rat

"En la calle has de ser muy rápido, la policía está por todos lados"

Una de sus obras más conocidas es un David armado con kalashnikov

"A los 'grafiteros' no les dejaron entrar dentro de la Tate", lamenta el artista

En Nueva York, en una subasta benéfica, una pintura conjunta de él y Damian Hirst llegó al millón de euros. Angelina Jolie y Brad Pitt, como tantos otros ricos, le adoran. Y cuanto Banksy más critica el sistema, más dinero gasta éste en comprar todo lo que él pinta.

En Bristol, donde parece ser que Banksy nació hace 35 años -y quien, según el rotativo londinense The Mail On Sunday, se llamaría en realidad Robin Gunningham, un ex alumno de la escuela pública criado en un barrio de clase media, aunque con ésta ya van varias identificaciones del grafitero enmascarado- se borran todos los graffiti de los vagones de tren, excepto los suyos.

"Me pasa como a todos, no le he visto nunca la cara, no le he tratado", explica Blek le Rat, a punto de cumplir los 57 años y con un largo historial de graffiti borrados y problemas policiales en su haber. "Evidentemente, él es mucho más conocido que yo, y sus huellas están por todas partes", añade, sopesando cada palabra. "Pero bueno", acepta, "Banksy ha dicho varias veces que está muy influido por mí y eso provoca que la gente vuelva sus ojos hacia lo que hago".

Quizás por eso despertó interés especial la participación de Le Rat en el Cans Festival, una reciente exposición sobre arte callejero organizada por Banksy en un túnel bajo la estación londinense de Waterloo. "Cuando uno se hace mayor se vuelve más artístico", comenta Le Rat por teléfono desde París, la ciudad donde nació. "Sin embargo, este trabajo aún debe ser un grito sociopolítico, algo que atrone, que impacte".

Pero ¿puede aplicarse este discurso a algo que hoy pirra a las modelos y a los galeristas? "Sí", insiste con un fuerte acento francés, "sigue teniendo una fuerza revulsiva". "Hasta ahora sólo la Tate Modern de Londres se ha atrevido a ceder su fachada para los artistas callejeros", se queja. Se refiere a la muestra Street Art, una iniciativa para la que, durante este verano, el muro delantero del museo se ha cubierto con el trabajo de distintos artistas callejeros (entre ellos el español Sixeart). "No han dejado entrar a los grafiteros dentro; es como decirles: mirad, con la parte de fuera, ya tenéis bastante".

Le Rat siempre ha intentado dar la vuelta a los primeros dibujos callejeros que él vio, y que le impactaron. "Fui a Italia con mis padres y en las paredes de Padua me topé con dibujos de Mussolini. Estaban hechos con una plantilla que recortaba el perfil del dictador, y luego habían pintado sobre ella en la pared". "Se trataba de vestigios fascistas", recuerda, "pero eran graffiti puro".

Con el tiempo, ese niño, que se llamaba Xavier Prou, estudiaría arquitectura, se encontraría solo e intentaría usar aquella vieja técnica de graffiti para comunicarse y criticar lo que odiaba del mundo. Encontró su vocación en las pintadas callejeras, "que llegan a todos". Conoció el graffiti americano, pero su técnica le pareció demasiado laboriosa. "En la calle debes ser muy rápido", insiste, "la policía está por todos lados, si estás más de cinco minutos pintando, te pilla".

Y prosigue: "La técnica de pintar sobre plantilla de los fascistas era muy rápida, y me dije: ¿por qué no usarla con otro fin?". Casi con el contrario. Empezó a pintar ratas por todo París como el reflejo oscuro de nuestra civilización. Xavier Prou se transformó en Blek le Rat, y experimentó con los dibujos tenebristas a tamaño natural. Soldados, policías, pordioseros, pasajeros en tránsito, ovejas, iconos incómodos como Lady Di. Viajó por Europa -España incluida- y siguió a América.

Él se convirtió en una leyenda en los círculos del arte urbano, pero no más que en una sombra fuera de ellos: lo inquietante de sus propuestas no casaba bien con la promoción personal. Sus imitadores se hicieron legión. Pero encontró incomprensión por algunas de sus obras, como un David de Miguel Ángel protegiéndose con un Kaláshnikov: una cercanía personal con Israel que siempre ha estado mal vista por otros grafiteros. Y los problemas con la ley arreciaron. "He tenido juicios en Francia, he pagado multas grandes, he estado en prisión en varios países", rememora. "Ahora mismo sólo pinto en espacios en los que puedo intervenir sin problema, aunque eso implique una pérdida de espontaneidad", reconoce.

Sin embargo, parece estar viviendo un momento dulce. Como él mismo ha dicho, el gran éxito de Banksy ha acabado poniéndole en el mapa. Su esposa, Sybille Prou, es la gran responsable de Getting through the walls (ediciones Thames & Hudson), un cuidado libro ilustrado -el primero del que es objeto exclusivo- que analiza la vida y obra de su marido, y que ya ha funcionado muy bien en Reino Unido.

"Allí se vendieron 10.000 ejemplares durante la primera semana", comenta, "pero en Francia no superó los 1.600 ejemplares".

El libro Getting through the walls, de Sybille Prou y King Adz, está editado por Thames & Hudson; puede conseguirse en librerías especializadas de Madrid y Barcelona por 22 euros, o vía online a través de www.thamesandhudson.com.

Cárcel y galería de arte

Mientras, la orilla sur del río Támesis se ha erigido este verano en escenario vivo de un enconado debate en torno al llamado arte callejero (street art): la fachada de la Tate Modern luce con orgullo esos murales de seis reputados artistas urbanos en el mismo barrio londinense donde un grupo de grafiteros acaban de ser condenados a penas de cárcel, precisamente por dedicarse a embadurnar propiedades ajenas.

Andrew Gillman, de 25 años, es tildado por sus defensores como uno de los artistas del graffiti más prolíficos de Inglaterra. Al frente de su grupo Tripulación DPM (DPM Crew) y spray en mano, ha decorado unas 120 localizaciones en Londres, Liverpool o Manchester entre enero del 2004 y junio del 2006. El pasado día 15, el juez Christopher Hardy le imponía una pena de dos años de prisión, que rebajaba a 18 meses para los otros siete integrantes de su equipo. El sello que dejaron en edificios, estaciones e incluso trenes -desde su propia firma, DPM, hasta declaraciones de amor que Gillman dedicó a su novia- ha supuesto un perjuicio económico para el contribuyente que supera los 1,2 millones de euros, según la sentencia, que alude a "una campaña para dañar la propiedad a escala industrial".

Gillman adujo durante el juicio que "los trenes son lienzos en movimiento", y bien es cierto que el juez le reconoció "un cierto talento artístico", pero en su dictamen pesó más la conclusión de que ensuciar la propiedad de otros sin consentimiento equivale a vandalismo.

De ser así, la exposición que una galería neoyorquina (Anonymus Gallery Project) inaugura la próxima semana estará entonces dedicada al arte de los vándalos, porque sus paredes preparan el despliegue de copias de la producción de DPM.

Acompañada de enormes fotografías de los ocho reos, la muestra pretende ahondar en la polémica de si se trata de criminales o artistas. La respuesta está clara para la artista americana Eluda Emerald, implicada en la exhibición de Nueva York: "Los artistas que pintan en las calles simplemente buscan una forma de expresión". Los responsables municipales de Greenwich y Tower Hamlets (Londres) coinciden con esa apreciación, puesto que en su día contrataron a integrantes de DPM como tutores de un proyecto de arte callejero destinado a los jóvenes.

Incluso entre aquellos que estiman razonable poner un cierto coto al desenfreno grafitero, la imposición de penas de cárcel aparece excesiva. "Es cierto que mi hijo Ziggy (uno de los condenados por el juez Hardy) se ha declarado culpable de un delito de vandalismo público, pero éste no ha implicado violencia, terrorismo, cuchillos o drogas", declaraba su padre, el profesor Gedis Grudzinskas.

Llama la atención que la dureza de la condena sólo haya merecido una discreta cobertura de la prensa (tan sólo The Independent le dedicó una doble página), cuando el Reino Unido vive una verdadera obsesión por el artista de graffiti más célebre de todos los tiempos, conocido como Banksy, quizá porque encarna un tremendo negocio, cuya cotización ya alcanza los centenares de miles de libras: 208.000, concretamente, fue el precio de adjudicación de un graffiti suyo subastado recientemente en Internet.

miércoles, 16 de julio de 2008

La cultura en Andalucía, a través de los autónomos


El Correo de Andalucía, 16 julio 2008- Amalia Bulnes

64 trabajadores autónomos pertenecientes al sector de la Cultura en la provincia de Sevilla han quedado recogidos en una guía elaborada al alimón entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Andalucía (UPTA-A), que analiza sus experiencias en el sector laboral, servicios, productos y funciones.

La consejera de Cultura, Rosa Torres, presentó ayer este volumen –que no pretende ser un directorio, puesto que sólo recoge una pequeña selección de los “cientos de miles” de autónomos dedicados a la cultura en Andalucía–en la capital hispalense, y aseguró que los trabajadores autónomos constituyen un importante colectivo de profesionales en Andalucía y que mediante la dinamización del sector profesional se obtendrá un mayor desarrollo social y económico en el futuro. “El objetivo de esta guía ha sido humanizar las cifras, porque detrás de éstas hay personas”, dijo Torres, que añadió que “en la sociedad de la información y el conocimiento la creatividad va a ser una de las materias primas más buscadas, dando un valor añadido a la cultura”. Durante la presentación del libro editado por la Unión Provincial de Trabajadores Autónomos (UPTA) Autónomos en la cultura. Experiencias Sevilla-2008, la consejera destacó también que el sector cultural es un elemento dinamizador de la economía y la sociedad porque “experimenta unas tasas de crecimiento superiores a las del Producto Interior Bruto (PIB)”. En concreto, los últimos 5 años han supuesto la creación de 1.122 nuevas empresas culturales en Andalucía.

Los autores europeos podrán elegir quién gestiona sus derechos en el extranjero

La UE prohíbe a 24 sociedades de gestión, entre ellas a la SGAE, que impongan limitaciones a los creadores

EFE - Bruselas - 16/07/2008

La Comisión Europea ha prohibido hoy a 24 sociedades europeas de gestión de derechos de autor, entre ellas la SGAE española, que impongan limitaciones a los creadores para gestionar sus derechos en otros países de la UE. Esta práctica restrictiva "atentaba contra las leyes comunitarias de competencia" y su erradicación permitirá a los autores elegir libremente las sociedades que se harán cargo de sus derechos más allá de las fronteras nacionales, según ha precisado el portavoz comunitario de Libre Competencia, Jonathan Todd.

SGAE

(Sociedad General de Autores y Editores)

A FONDO

Sede:
Madrid (España)
Directivo:
José Luis Borau (Presidente)

Enlace Ver cobertura completa

La noticia en otros webs

La decisión, que entra hoy mismo en vigor, permitirá no obstante que las compañías mantengan su sistema actual de acuerdos bilaterales con sociedades de otros países. Bruselas ya abrió en 2006 un expediente a la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), al considerar que el contrato modelo que utilizan para la gestión de derechos vulneraba la legislación. Tras esta advertencia, las compañías mostraron "cierta voluntad" para adaptarse a las peticiones de Bruselas, y en algunos casos eliminaron las cláusulas restrictivas de los contratos, por lo que la Comisión ha descartado imponer sanciones económicas.

A partir de ahora, las sociedades no podrán incluir en sus contratos la cláusula de afiliación, que impide a los autores elegir quién gestionará sus derechos en otros países y cambiar de sociedad gestora. Además, las sociedades habrán de eliminar las cláusulas de restricciones territoriales, que no permiten ofrecer licencias de explotación de derechos más allá de las fronteras nacionales, y conceden la exclusividad de dichas licencias a una sociedad.

Representación "recíproca"

No obstante, la decisión anunciada hoy "no cuestiona la existencia de los acuerdos de representación recíproca, ni afectará a la potestad de las sociedades para cobrar por los derechos que les pertenecen en sus propios países", según destacó el portavoz. Con esta medida, Bruselas pretende favorecer la competencia en el sector, pues prevé que las sociedades de gestión de derechos reduzcan sus costes administrativos e incrementen la calidad y eficacia de sus servicios.

Por su parte, los autores disfrutarán de unas condiciones contractuales que les permitirán "unos mayores ingresos por sus derechos, al poder recibirlos de más de un país", señaló Todd. Asimismo, la decisión favorecerá la difusión cultural por cable, satélite e internet, ya que ofrecerá al público "una elección más amplia de autores con ingresos más amplios", según afirmó la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, en un comunicado.