Los macroconciertos de rock se ordenan: los mejores se afianzan, otros desaparecen - Sufren las ayudas y patrocinios, pero el público responde
IÑIGO LÓPEZ PALACIOS 30/05/2009
Las amenazas apocalípticas sobre un desmorono inminente de los macrofestivales de rock del verano no se han cumplido. Frente al temor a una saturación que llevara a la ruina a los organizadores, el sector no ha vivido un desastre, sino una ordenación. La idea de que debe haber un festival en cada pueblo se demuestra equivocada.
Se abandona la idea de que tiene que haber un evento en cada pueblo."Había demasiados y muy parecidos", dice un director del Sónar
Las subvenciones de las administraciones ya no bastan para mantener vivas programaciones, y los patrocinios son menos generosos. Así que muchos festivales han tenido que cerrar. Pero los proyectos más sólidos se consolidan y, lo más importante, agotan sus entradas. El hambre de directo mantiene el negocio. Los mejores eventos batirán este verano sus récords de asistencia.
"Ya se sabe: muerto el perro se acabó la rabia". Así resume un promotor la situación de los festivales de música en España en 2009. La crisis no ha hundido los festivales. Pero datos no hay. La SGAE dejó en 2006 de hacer el anuario correspondiente. Ahora lo más parecido es el apartado de su reciente informe de gestión que se refiere a "grandes conciertos de variedades", de los que dice: "En 2008, los ingresos han continuado con su buena marcha ascendente. Con cerca de 29 millones de euros, se han superado en un 8,5% los generados en 2007". Es decir, a nivel recaudatorio fue estupendamente. Claro que ahí cabe todo: un festival de hardcore en Vilanova i la Geltrú y un concierto de Springsteen en el Nou Camp.
Pero se detectan cambios en sentido contrario. Muchos festivales han desaparecido. "Hubo inflación: demasiados eventos, todos demasiado parecidos... una necesidad repentina de que cada pueblo de España tuviera un festival. Eso nos descolocó a todos, que veníamos de un mercado que había sido bastante sensato. Hubo un par de años con una estructura extraña y hemos vuelto a tener un mapa de festivales lógico. Las cosas tienden a regularse de una forma natural", dice Ricard Robles, uno de los tres directores del Sónar, certamen de música avanzada que se celebra en Barcelona el 18, 19 y 20 de junio.
Esa "regulación natural" es el metafórico perro muerto al que se refiere el promotor. Por ejemplo, este año falta el megafestival Rock in Rio, un evento bianual que se celebró en Arganda del Rey (Madrid) y que se llevó a muchas de las estrellas internacionales (Neil Young, Amy Winehouse o Franz Ferdinand) a golpe de talonario. "Vuelve en 2010, y seguro que en algún artista chocaremos. Pero, en 2009, tranquilidad", dice José Morán, uno de los directores del FIB Heineken de Benicassim, que este año cumple su 15 aniversario. Está relajado. El FIB se celebra del 16 al 19 de julio y ya han agotado el papel. Un cartel con figuras como Oasis o The Killers ha hecho que el 60% se haya colocado fuera de España. Han aumentado el recinto en 7.000 metros cuadrados. En 2008, la noche que más gente entró se vendieron 38.000 tickets. Este año son 42.000 abonos, a los que hay que sumar otras 3.000 entradas para cada día. "La venta hace que tengas calma. Lo del año pasado era injustificable. Fruto de que alguien se había empeñado en romper la baraja".
Morán se refiere a la promotora barcelonesa Sinnamon. Dueños de la sala Razzmatazz, en 2008 se lanzaron a la creación de certámenes. Hasta seis, algunos con sede en dos ciudades distintas. Sus competidores le acusaron de saturar el calendario. La gota que colmó el vaso fue el traslado de Summercase, que se celebraba en Barcelona y Boadilla del Monte (Madrid), a las mismas fechas que el veterano FIB. Éste respondió con Saturday Night Fever, en Madrid. "No funcionó económicamente. Pero el momento lo exigía", justifica Morán.
En febrero de 2009, Sinnamon anunciaba la suspensión de todos sus certámenes excepto uno, Creamfields, en El Ejido (Almería). ¿La razón? La crisis, dijo, "no garantiza la celebración de nuestros eventos con la calidad que desearíamos".
A principios de 2008 nadie se tomó la crisis muy en serio. "Si en octubre de 2007, cuando empezamos a lanzar ofertas, hubiéramos sabido lo que descubrimos en marzo: la saturación, que era una locura, y que íbamos a sufrir tanto, no hubiéramos hecho el Saturday Night Fever", dice Morán.
Pero a finales de 2007 la gente se metía en aventuras peregrinas. Un ejemplo: Doctor Loft. A principios de julio reunió a una veintena de artistas internacionales en Castelló d'Empúries (Girona). La mayor parte actuó para decenas de personas, salvo Iggy Pop, que lo hizo para unas mil en una carpa en la que cabían miles y R.E.M., para unos 8.000. "La sensación de desatino presidió una jornada cuyo sentido último parece misterioso, ignoto e incomprensible", decía este periódico. "Para los nostálgicos, asistir al Doctor Loft recordó los lejanos días del Doctor Music Festival".
Ese parecido no era casual. La organizadora estaba participada por Sinnamon, pero el máximo impulsor era Doctor Music, la promotora de Neo Sala, un histórico barcelonés que fue el organizador de aquellos Doctor Music Festival en Escalarre, un pequeño pueblo en el pirineo ilerdense. De 1996 a 1999, por allí pasaron casi todos los grandes: Bowie, Dylan, Blur, Underworld o Lou Reed. Pero montarlo era carísimo. No había infraestructura. A los artistas había que trasladarlos en helicóptero. Su cuarta edición, en Oviedo, fue el primer gran fracaso de esta era. Del Doctor Loft 2009, como de otros, no se tiene noticia.
Para los que han aguantado, el gran problema es la bajada de inversión privada. En 2008, la mayor parte del presupuesto de 30 millones de euros del Rock in Rio estaba cubierto antes de poner las entradas a la venta. Las invitaciones volaban. Los patrocinadores (empresas de belleza, grandes almacenes) regalaban a sus clientes las entradas a centenares.
En 2009 la crisis los ha retraído. "El único dato objetivo es que el patrocinio privado está más complicado", dice Ricard Robles, del Sónar. En las últimas seis ediciones habían cubierto entre el 20% y el 25% de su partida con patrocinadores. "Este año se ha perdido más de un 25% de la cantidad habitual". El presupuesto del Sónar 2009 ha bajado de 4,1 a 3,6 millones de euros. Y aparentemente, eso no ha afectado la calidad del cartel. "No hemos disminuido la cantidad destinada a la contratación. Haces un ejercicio de revisar tus gastos hasta que las cosas encajan, pero sin que en ningún caso se resienta la calidad de la prestación", explica Robles.
Uno de los problemas que se derivaron del exceso de demanda fue que los cachés de los artistas subieron vertiginosamente. La contratación se realiza por el sistema de subasta. Hoy se prevé una entrada histórica en el festival Primavera Sound de Barcelona, gracias al tirón de Neil Young. El año pasado actuó en Rock in Rio y se llevó alrededor del millón de euros. Los organizadores de Primavera Sound aseguran que han pagado menos de 500.000 para esta edición. "Aun así es un pastón. Este año ha sido posible apretar en los grupos, digamos, medios. A esos les puedes decir: 'Es lo que hay, si no te apetece llamo a otro'. A las estrellas es complicado bajarlas", dice José Morán, del FIB. "La cosa está siendo más difícil de lo que parece", cuenta un ejecutivo de una discográfica. "Me llaman de festivales pidiéndome bandas nuevas, prometedoras... y baratas".
Hay cosas que han pasado a la historia. Por ejemplo, la actuación exclusiva. Neil Young actúa en San Sebastián mañana. Si el año pasado apenas quedaban grupos disponibles para giras porque todos se iban a festivales, este año los días antes y después son un ajetreo de bandas que aprovechan para hacer otros bolos.
"Cuesta más vender entradas anticipadas. Pero al final la cosa va bien", dice Alfonso Santiago de Last Tour International. Este año organizan cinco festivales, incluyendo uno nuevo, el Sonisphere, en Barcelona. Tal es la soltura que se permiten riesgos antes impensables. Por ejemplo, cambiar festivales de fechas. Es el caso del Azkena, un certamen rockero que se celebra en Vitoria y que ha pasado de la primera semana de septiembre a mediados de mayo. "Nos ha ido estupendamente", cuenta Alfonso Santiago. 35.000 personas pasaron por taquilla.
De hecho el concepto festival cada día es más vago. Es el caso del decano de los festivales españoles, el madrileño Festimad. "Vamos a utilizar lo que hay y a darle un camino y una esperanza. No nos apetece gastar los pocos recursos que hay en montar vallas, servicios y equipar un espacio", decía Julio Muñoz, coordinador del Festimad2M, que así se llama ahora. Aparte de una serie de actividades, el grueso de sus conciertos son actuaciones en salas de la ciudad que ya estaban programadas. "El Festimad elige entre las opciones que ya hay. Después habla con los promotores y les paga una mínima señal para incluir el concierto dentro de su cartel. Nosotros no vemos ni un duro", dice desde la sala Sol de Madrid, una de las "sedes". Es decir, el Festival es un cartel. Ya no hace falta nada más: ni un recinto, ni un mínimo número de grupos. Con que esté impreso en papel cuché y ponga "festival", vale.
Claro que la trayectoria de Festimad es por lo menos errática desde que un cambio de color en el Ayuntamiento de Móstoles lo condenó al exilio en 2004. Después de una edición en 2005 en Fuenlabrada, en la que hubo hasta disturbios, la puntilla se la dio Getafe en 2008, cuando les abandonó, sin más explicaciones, por la competencia. En las mismas fechas y casi con el mismo cartel, surgió de la nada el Getafe Electric Weekend, promovido por Last Tour. Eran momentos de euforia, con dinero fresco rebosando las cuentas públicas. El alcalde de Getafe prometió dar el salto y traer a U2 al año siguiente.
El Festimad depende de los 100.000 euros de subvención de la Comunidad de Madrid. La mayor parte de los festivales que han desaparecido estaban sufragados con dinero público. Pero las instituciones, con sus departamentos de Cultura sometidos a ajustes, han empezado a decir no donde antes decían sí. Hay excepciones: la implicación de la diputación de Castellón y el Ayuntamiento de Benicassim con el FIB es muy grande. El Ayuntamiento de Bilbao no ha aumentado la dotación para el Bilbao BBK live, pero la ha mantenido. Y la partida es enorme: 1,1 millones de euros para contratación de bandas y 400.000 euros para transporte y equipamiento. Pero en general este año ni siquiera hay dinero para las giras de artistas españoles que hacían su agosto en agosto.
Nada se sabe de la segunda edición del Getafé Electric Weekend. "Estaba previsto para mayo, y después para septiembre, pero quizá haya que moverlo a más adelante", dice Alfonso Santiago de Last Tour. Él ha desarrollado esa idea de que si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. "Es absurdo y caro pretender que las bandas vengan cuando te conviene". Dice Alfonso que la situación geográfica de España, al sur del continente, tiene que marcar necesariamente las fechas de los festivales: "Lo más lógico es que estén al principio o al final de las giras . España no es Bélgica". No, está al sur, allá donde acaban los festivales. Aunque eso también empieza a cambiar. En Marruecos hay un importante grupo de certámenes. Pero eso es un problema para el futuro. La realidad es que en año de crisis a los festivales se los ve más relajados que el año anterior. "Yo también lo veo, es cierto", dice Ricard Robles, del Sónar. "El impacto de la crisis ya la hemos digerido en los últimos meses del año pasado, cuando te pones en marcha. Afortunadamente los festivales en España están en manos de gente con un componente más artístico que industrial. Casi todos tienen un valor añadido. Y creo que, por eso, la supervivencia es segura".
El mapa de festivales
- La Bruta fest. La Coruña (4 al 6 de junio). The lords of Altamont .
- Vila-rock. Oropesa del Mar (5 Y 6 de junio). Def con Dos, Boikot.
- Arrecife de las Músicas. Las Palmas (del 12 al 19 de junio ). Toquinho , Sarah Jane Morris.
-Sónar. Barcelona (del 18 al 20 de junio). Animal Collective, Grace Jones, Orbital.
- Vía Jazz. Collado Villalba (18 al 20 de junio ). Serrat , Tania María.
- Kobetasonik. Bilbao (19, 20 de junio ). Marylin Manson, Anthrax.
- Metalway. Zaragoza (20 al 28 de junio ). Motörhead, Blind Guardian.
- Festus. Barcelona (26 al 28 de junio ). Half Foot Outside, Linn Youki.
- Festival de Jazz de San Javier .Murcia ( del 27 de junio al 25 de Julio ). John Fogerty, Wynton Marsalis.
- Festival de Peñiscola (del 2 al 23 de julio ). Eliane Elias, Randy Crawford.
- La mar de Músicas. Cartagena (del 4 al 26 de julio ). Marianne Faithful, Khaled, Emir Kusturica.
- Festival de Getxo (del 1 a 5 de julio ). Spyro Gyra, Michel Camilo.
- Absolut Faraday. Vilanova i la Geltrú (3 y 4 de julio ). Divine Comedy, The Lucksmiths.
- Jamonpop. Cortagana (3 y 4 de julio ). Elastic Band, Lagartija Nick.
- Pirineos Sur. Lanuza (del 9 al 26 de julio ). Marianne Faithful, Maceo Parker.
- Bilbao bbvklive (del 9 al 11 de julio ). Depeche Mode, Jane?s Adiction.
- Derrame rock. Agones de Pravia (10 y 11 de julio ). Soulfly, Turbonegro.
- Sonisphere. Barcelona (11 de julio ). Metallica, Slipknot.
- Festival de jazz de Vitoria-Gasteiz (del 12 al 18 de julio ). Madeleyne Peiroux, Allen Touissant.
- Monegros Desert Festival . Fraga. (18 de julio). Orbital, Carl Cox.
- FIB Heineken (del 16 al 19 de julio ). Oasis, Franz Ferdinand , The Killers.
- Heineken Jazzaldia. San Sebastian (del 22 al 26 de Julio) . Animal Collective , Beirut, Bugge Wesseltoft.
- Contempopranea. Alburquerque (del 23 al 25 de julio ). The Wedding Present , Vetusta Morla.
- Bluescazorla. Cazorla (del 23 al 25 de julio ). Robben Ford, Susan Tedeschi.
- Lorca rock ( 24 y 25 de julio ). Sepultura , Carcass.
- Creamfields Andalucía. El Ejido (1 de agosto ). Tiësto ,Jeff Mills.
- Aquasella. Asturias (7 y 8 de agosto ). Óscar Mulero , The Martinez Brothers.
- Sonorama. Aranda de Duero ( 14 y 15 de agosto ). Vetusta Morla , Josh Rouse.
- Leyendas del rock. San Javier (19 de agosto ). Warcry, Obús.
- Ecopop. Arenas de San Pedro (20 y 21 de agosto ). Amaral , Lori Meyers.
- Electrosonic. Burgos ( 21 y 22 de agosto ). Carl Craig , Sven Väth.