Los profesionales del arte admiten la debilidad del sector ante la recesión
www.elpais.com/ E. FERNÁNDEZ-SANTOS / I. LAFONT - Madrid - 17/09/2009
Después de un año fatal llega la encrucijada, al menos para las galerías de arte, que esta noche abren su temporada de exposiciones. Y lo hacen con la ansiedad que surge ante lo imprevisto. El discurso se impone optimista y hasta combativo, pero bajo cuerda las galerías admiten caídas en picado en las ventas. Aunque no son dados a poner cifras sobre la mesa, algunos hablan de hasta un 40% menos, o de ingresos trimestrales que se derrumban desde los 500.000 hasta los 12.000 euros. Para los galeristas, es el momento de "echar el resto", o de enfrentarse a nuevos "planteamientos" para resistir el fuerte oleaje.
Los galeristas hablan de caídas en las ventas de hasta el 40%
"Esta crisis es más dura que la del 92, y aquella fue bestial", afirma Lola Moriarty. "La situación es difícil, pero el año que viene va a ser peor", añade Elba Benítez. "Las previsiones económicas indican que los países de la Unión Europea empezarán a remontar a finales de año, pero hasta que eso llegue a la economía real habrá un desfase. Y en España tardaremos más. Todavía tenemos que tocar fondo para empezar a salir". Las dos galeristas son miembros de la asociación ArteMadrid, que reúne a 44 profesionales.
En Barcelona, ArteBarcelona, reúne 22 espacios. Su presidente, Carlos Durán, de la galería Senda, pone freno al pánico: "La crisis del 92 fue peor: directamente desapareció el público. Creo que ahora lo importante es que después de un año y pico de fuerte crisis hemos aguantado, en lo económico pero también en lo emocional y en lo moral".
Àngels de la Motta, de Estrany / De la Mota y de la Asociación de Galerías Independientes de Barcelona, habla también de la necesidad de mantener "el ánimo" después del "brutal parón" que siguió al último Arco. "Nos enteramos tarde de la crisis, y eso ha sido uno de los problemas graves. En 2008 los museos seguían comprando y el coleccionismo privado no había parado, pero en 2009 la caída vino de golpe". "Lo más importante es dar sensación de normalidad", continúa la galerista Juana de Aizpuru. "Yo he hecho un programa para la temporada tratando de que sea lo más brillante posible". De Aizpuru coincide con otro veterano del sector, Joan Anton Maragall, de la galería Trama de Barcelona: "Las galerías tenemos una capacidad de resistencia importante y con un mínimo empuje pasamos el Rubicón. La diferencia con la crisis del 92 es que aquélla vino después de una burbuja de euforia absoluta, la que hubo entre el 89 y el 92, y por eso el impacto ha sido menor".
Las responsables de Travesía Cuatro, en Madrid, eran estudiantes en aquella época. Ayer, mientras organizaban una comida para una veintena de coleccionistas ("el día de la inauguración no tendremos tiempo para todos"), aseguraban que la caída de ventas ha sido del 40% pero que, pese a eso, continuarán apostando por su presencia en ferias internacionales. "Ahora todo lo miras más, pero si nos volvemos conservadores nos morimos de hambre. El coleccionista serio existe, aunque, por desgracia, más en el extranjero que en España, donde es débil y menos profesional", dicen.
Muchas esperanzas y muchos miedos se dirigen ahora hacia la próxima edición de Arco, que se celebrará del 17 al 21 de febrero. "Un buen Arco te salva una mala temporada", asegura Moriarty. La ausencia de galerías y coleccionistas extranjeros importantes podría dar al traste con las expectativas ante la feria. "¿Bajas? Yo no hablo de bajas ni de rechazos. Hay galerías extranjeras que vinieron el año pasado y que este año no vienen", dice Lourdes Fernández, directora de Arco.
Pero hasta ese momento, la solución pasa por mantener el nivel de exigencia, pero con menos gastos. Las galerías medianas, además, se quejan de asumir los mismos costes que las grandes aunque venden piezas más baratas. Mientras Travesía Cuatro y Moriarty abren la temporada con la obra de un mexicano y una neoyorquina, respectivamente, (y sólo el traslado de la obra supone una importante inversión), para Marielo Góngora, de la galería Fernando Padilla, no es momento para "caprichos". "La gente está retraída y no se está acercando a las galerías, quizás para no encapricharse. O quizás porque no es el momento de comprarse un cuadro y mostrarlo a los amigos. Nosotros hemos elegido para esta temporada artistas jóvenes, que tienen precios atractivos. Si ofreces obras de 400 a 600 euros es más fácil darles salida".
Como en toda crisis, los espacios emergentes son los principales damnificados: "Hacer exposiciones es muy caro, nosotros dimos el salto hace tres años, pero las ventas cayeron en picado el año pasado y el 14 de agosto cerramos", cuenta Sergio Aguilar, de Subacuática, una galería madrileña que arrancó con vocación urbana y joven y acabó con el cerrojo puesto.
Los galeristas no dejan de reclamar su papel en el desarrollo de la cultura. Guillermo de Osma, presidente de ArteMadrid, pide que, sin llegar a las subvenciones, se facilite la tarea con rebajas del IVA y de los gastos de importación. Las ayudas no llueven y, cuando lo hacen (como las de Comunidad de Madrid para ferias internacionales), caen "sin aviso y en pleno mes de agosto", apunta un galerista que airado añade: "Estamos muy bien para la foto pero luego no existe ni una sola ayuda. No como en el cine o en otros negocios culturales".
Frases para una crisis
- Lola Moriarty. "El coleccionista vocacional sobrevive y el especulativo, que compra para invertir, es el que ha desaparecido con esta crisis".
- Àngels de la Motta, de Estrany / De la Mota. "Cada uno tiene sus propias fórmulas, menos ferias, menos gastos, reducción en producción, exposiciones más austeras y más proyectos comunes".
- Juana de Aizpuru. "Todo el mundo dice que va a ser peor que la pasada, pero yo creo que siempre se encuentra un comprador para obras de calidad de artistas reconocidos".
- Inés López-Quesada, de Travesía Cuatro. "La crisis en el sector del arte es global, pero en España es más profunda porque creemos que la afición es menor".
- Carlos Durán, de Senda. "Las épocas de bonanza no son buenas para todo y las épocas duras son buenas para que reflexionen artistas y galeristas".