Los nuevos mercados y los nuevos medios centran el Midem de este año
El País//LINO PORTELA - Cannes - 19/01/2009
No se ven caras de preocupación en el Midem. Las sonrisas, los agasajos y las buenas maneras dominan la mayor feria de la industria musical del mundo que desde ayer y hasta el próximo martes de celebra en Cannes (Francia). Pero sí hay razones para la inquietud. Sobre todo en España y Francia, los dos países que en los últimos años más han sufrido una pérdida de mercado de la industria musical en Europa. O lo que es lo mismo, los dos países donde más música se descarga sin pagar derechos de autor, más allá de que algunos lo consideren legal o ilegal. Un reciente informe de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI) reflejaba el triste horizonte español: sólo un artista español nuevo se cuela de vez en cuando en la lista de los primeros cincuenta álbumes más vendidos del mundo.
En la feria se habla sobre todo de financiar descargas con publicidad
Ayer se presentó el primer disco 'web' en la historia de la música española
Pero al Midem no se viene a lamentarse. Sino a trabajar y "hacer negocios", como declaraba días antes Eduardo Bautista, presidente de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), que este año en Cannes aglutina, a través de Sound Of Spain, a más de 41 empresas a la búsqueda de soluciones. En ese marco se presentó ayer el primer disco en formato web en la historia de la música española. Se trata de En plena luz, de Erizo, y su lanzamiento corre a cargo de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), que aglutina y distribuye uno de los mayores catálogos musicales en español.
Pero, ¿qué es el Midem? Sus siglas corresponden a las de la feria del Mercado Internacional del Disco y de la Edición musical. Se celebra en el mismo palacio de congresos donde se ubica el festival de cine de Cannes y es el tablero de juego en el que representantes de músicos, discográficas, promotores y distribuidoras de todo el mundo -este año participan 88 países- tratan de hacer negocio. Con nuevas vías como Internet o el móvil. Un ejemplo: en esta feria, una discográfica canaria es capaz de encontrar a alguien que distribuya su catálogo de discos en Hungría, Tailandia o Rusia, que este año es el país principal. Tres días. Diez horas diarias. "Antes eran dos entendidos los que se sentaban frente a frente con un estéreo escupiendo música. Ahora lo hacen frente a un ordenador y hablan de servicios de descargas financiados por publicidad". Lo cuenta Mario Rigote, responsable de Central Digital, la empresa de la SGAE que con 100.000 canciones y 70 clientes acaban de firmar un acuerdo para toda Europa para concentrar en una plataforma todo el entramado de contenidos (grabaciones) y derechos (propiedad intelectual) en Internet.
Mucho más rudimentario parecía Donovan el cantautor folk de los 60, que a escasos 20 metros de las múltiples negociaciones de la industria espera a que Christine Albanel, ministra de cultura francesa le entregase un premio al mérito de las artes y las letras. "No estoy nervioso", decía con sus ojos saltones, melena blanca y una casaca negra más sacada de los ochenta que de su época dorada. "Sí, que lo estás", le replica su mujer, Lisa. "Bueno, un poco. Nervioso y orgulloso por el reconocimiento", sonreía el autor, de 62 años. "La industria ha cambiado mucho. Y me parece bien Es normal. En los 60 soñábamos con un mundo intercomunicado y conectado entre sí. Y se reían de nosotros. Ahora esa es la realidad. Yo no suelo bajarme canciones", explica a EL PAÍS. "Pero lo hace mi nieto. Es normal que la gente se baje canciones sin pagar. Vale que se bajen una, no 5.000 como hacen muchos. Hay que dialogar", dice. Mientras recibe la medalla, el Midem se pone en marcha, más con la filosofía del magnate Onassis que con la de Donovan.