lunes, 4 de agosto de 2008

Adiós pinceles

Hilo, cabello, vinilo, telas, spray... El arte busca nuevos soportes


Un cuadro de la joven artista plástica Sara Sanz. - SARA SANZ
El Público, MARÍA GARCÍA TORRES - 04/08/2008 09:00

Los cuadros cada vez tienen menos pintura. Hilo, cabello, vinilo, telas, spray... cualquier material sirve para dibujar sobre soportes tradicionales, como el lienzo, el papel, la tabla...Nueva era, nuevo mundo. Si Velázquez levantara la cabeza, ¿qué pensaría de esta renovada pintura?La joven artista plástica Sara Sanz (Zaragoza, 1979) lo tiene claro: "Nuestro mundo ya no es el mismo, no podemos seguir representándolo igual". Esta creadora se define como una esponja que absorbe lo que ve en las calles, el mismo street art que esta primavera se hizo un hueco en la programación de la Tate Gallery de Londres, uno de los referentes mundiales de arte contemporáneo.

De hecho, el grafiti es una de las influencias más claras de Sanz, que en la facultad de Bellas Artes no encontró las herramientas necesarias para expresar aquello que tenía que decir en sus cuadros. "Después conocí a gente que trabajaba el muro, de ellos aprendí a usar sprays, plantillas y sobre todo, una iconografía diferente", explica.

Otros hicieron el camino inverso, como el madrileño Suso33, que ha saltado de los muros a los lienzos y ahora imparte seminarios de verano sobre arte urbano; o el barcelonés Sixeart, que ha participado con uno de sus grafitis en la citada exposición de la Tate Gallery.

Para encontrar una nueva manera de enfrentarse al papel, Gabriel de la Mora (Colima-Méjico, 1968) buscó su propia definición del dibujo: "Logré escribir 30 y me quedé con una: ‘El dibujo es un conjunto de puntos y líneas que dan una imagen a una idea o concepto sobre papel".

Cómo pintar con pelos

El salto creativo fue en su caso decir "adiós lápiz, hasta luego carboncillo" para lanzarse a hacer retratos hiperrealistas utilizando un peculiar material como herramienta de dibujo. En las obras de De la Mora las líneas que definen las figuras son cabellos humanos y pelos sintéticos. En ocasiones, utiliza el propio cabello del modelo. "El dibujo se convierte casi en un banco de ADN, no sólo capta la apariencia de la persona, hasta su carga genética queda en el papel", explica este artista.

De la Mora experimentaba en un principio con los pelos que recogía de su bañera después de ducharse, o bien con los que caían cuando se afeitaba la cabeza. Una vez encontrado el modo de hacerlos más resistentes y de lograr que se sujetaran bien al papel, ya no encontró trabas. Sus retratos con cabellos se multiplicaron y han sido ya expuestos en España, México y EEUU.

El creador mexicano trabaja diferentes disciplinas: vídeo, fotografía, objetos e instalaciones, pero con lo que disfruta realmente es con el impulso creador. "Lanzarme al vacío, ser radical, cuestionarlo todo. Cuando una idea que en principio puede sonar absurda, como la de los pelos, logra un buen resultado, me emociono al máximo. Y así, una experimentación me lleva a la otra", ejemplifica.

Quien no buscaba, en cambio, experimentar fue Paula Sanz Caballero (Valencia 1969). Una pausa en su carrera artística la había llevado a trabajar como azafata de vuelo. En un viaje a Toronto olvidó su cuaderno y sus lápices, pero encontró un trozo de tela abandonado en uno de los arcones del avión y con su kit de costura de hotel comenzó a coser. "No tenía ni idea, pero al final salió algo. Fíjate que todo empezó con un señor gordo desnudo".

De aquel personaje a los que crea hoy han pasado varios años, pero la esencia es la misma. "La forma se crea con la tela y después se cose al lienzo. Mis cuadros tienen un trabajo previo de dibujo muy importante, aunque no se vea ni un solo trazo". Sanz Caballero ha inventado una forma de coser que le permite tejer expresiones y dar movimiento a sus figuras. Utiliza telas que le devuelven a su infancia , ya que procede de una familia relacionada con la industria textil.

Con el uso de pespuntes y tejidos, además de dar tridimensionalidad a sus obras, ha logrado restar amargura a sus personajes. "Cuento las mismas historias entre hombres y mujeres, de falta de comunicación y cariño, pero cuando las pintaba con óleo el resultado era dramático. Ahora es odo más cínico, más irónico, tiene un punto divertido", aclara la artista.

David Rodríguez Caballero (Palencia, 1970) rescata materiales de la publicidad, la arquitectura y los escaparates, como el vinilo o el aluminio. Lo curioso es que luego los utiliza como si fueran óleo o acuarelas para pintar. "Siempre funciono por flechazo con los materiales, necesito dar plasticidad y contemporaneidad a mi trabajo", comenta. Rodríguez Caballero está en cambio convencido de que la pintura no está estancada: "Zurbarán o Goya son dos de mis pintores preferidos, pero también admiro a artistas como Jaume Plensa o Imi Knoebel". Para él la innovación sólo depende de cómo se traten los materiales y de qué se cuente con ellos.

"Puedes utilizar óleo y hacer una obra muy contemporánea o al revés, usar policarbonatos, plakenes, etc, pero que tus planteamientos sean clásicos", afirma. Su impulso es no dejar de investigar: "Estos días hay unos tíos enormes en mi estudio que me ayudan a plegar y manipular el aluminio para las piezas que estoy preparando".
Pese a estar en la vanguardia, el artista no se arriesga a predecir los pasos que va a seguir la pintura: "Es imposible saber qué cuadros de hoy día estarán colgados en los museos dentro de 60 años, por ejemplo. Pero es que tampoco tengo claro qué será un museo entonces".