viernes, 21 de agosto de 2009

Mario Gas: 'En teatro no se avanza porque siempre queremos partir de cero'

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Mario Gas, en Santander. | Foto: Efe


Mario Gas, en Santander. | Foto: Efe

  • 'Sólo se puede avanzar hacia la vanguardia desde lo clásico y lo previo', afirma
  • El director de escena conduce un taller en la Universidad Menéndez Pelayo
  • Denuncia que 'en los mandos' existen 'muchas componendas'

El director de escena Mario Gas cree que el teatro vive ahora en España "momentos interesantes", aunque no le faltan los problemas, como el afán por partir siempre de cero cuando, a su juicio, sólo se puede avanzar hacia la vanguardia desde "lo clásico y lo previo".

Esa falta de voluntad de continuidad y "de eslabón" es para Mario Gas un problema que comparten el teatro y otros campos de la cultura pero ni mucho menos el único.

El director de escena, que ha finalizado la primera de las dos semanas del taller que está dirigiendo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha hecho ante los periodistas una radiografía del momento que vive un arte que "siempre ha estado en crisis, permanentemente amenazado por otros modos de comunicación", más masivos o más rentables en términos económicos o de prestigio.

"En España ahora hay mucho talento, aunque otra cosa es como se canaliza"

"El teatro siempre ha tenido que defenderse de estar en un segundo término y por eso, esa pésima salud de roble, o de roca o de piedra, le hace casi inmune a todos los ataques de elementos más novedosos", ha argumentado.

Para Mario Gas, no se puede pedir que el teatro concite a grandes masas, pero sí que continúe ese intercambio con un público que se deja sorprender o que prefiere "consumir aquello que más le apetece".

Y el teatro que más interesa a este director escénico, actor y doblador, es el que, "produciendo un placer íntimo", enseña, ayuda a reflexionar y a emocionarse, pero con emociones de verdad, "no con una acumulación de resortes melodramáticos para satisfacer los más bajos instintos y la evasión".

A su modo de ver, en España ahora hay "mucho talento", aunque otra cosa es como se canaliza. "En ese aspecto vamos basculando entre lo peor y lo pésimo, entre lo regular y muy excepcionalmente entre lo óptimo y lo excelente", ha apuntado.

Tacha de error que España se convierta "en una referencia de los esquemas comerciales y de exportación" de ciudades como Londres

Así, ha criticado que "en los mandos" existan "muchas componendas" y no se atienda la esencia del teatro y también ese discurso "perverso" que propugna que hay que dedicar más dinero a sanidad y educación y menos a la cultura. "Ese dinero debería salir de donde se pierde a raudales y no de la cultura, que tiene presupuestos bastante exiguos", ha apostillado.

También es un error, a su juicio, que se pretenda que España se convierta "en una referencia de los esquemas comerciales y de exportación" de algunas grandes ciudades teatrales, como Londres o Nueva York, que tienen un "turismo de espectáculo que nada tiene que ver con nuestra manera de entender el teatro".

A eso se une que muchas veces los teatros públicos jueguen a ser privados, pendientes de los índices de ocupación, y los privados quieren jugar a ser públicos, para tener más subvenciones.

Además, desde su punto de vista, el mercado laboral se ha vuelto difícil para los actores, que buscan en la televisión continuidad, dinero y una fama mediática "de usar y tirar", y que se encuentran con sueldos cada vez más bajos en el cine, si no encabezan el reparto. Con ese panorama, defiende que el teatro permite trabajar con más tranquilidad y que los actores deberían saber que es sobre las tablas donde uno "crece y se forma".

Mario Gas, cuyo último estreno ha sido 'La muerte de un viajante' de Arthur Miller, ha dirigido también ópera, un género que, en su opinión, ha entrado en el "show-bussines" en los últimos tiempos como "un marchamo de cultura y de calidad" que ha "destrozado un poco la relación directa entre el público y el producto ofrecido".

La ópera, ha subrayado, sigue viviendo del repertorio y existe una demanda constante de nuevas revisiones de los textos históricos que está llevando "a muchos errores y también a aciertos enormes y llenos de talento".