lunes, 29 de junio de 2009

Los sonidos de lo desconocido


El dodecaedro de Félix Luque explora la comunicación con el público
ROBERTA BOSCO - Barcelona - 29/06/2009

¿Es posible que todos los conflictos del mundo nazcan del miedo a lo otro, a lo desconocido y diferente? ¿Qué sensación nos produce el encuentro con un objeto extraño, que no sólo no responde a los habituales parámetros de valoración, sino que encaja con lo que el imaginario colectivo identifica como artefacto extraterrestre? Las preguntas surgen espontáneas al visitante que se encuentra rodeado por los elementos de la instalación inmersiva de Félix Luque, Chapter I - The discovery, abierta en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón hasta el 7 de septiembre.

"Parece que ya no hay lugar para la anticipación, ni para la fantasía"
"Es una forma geométrica con una marcada carga mística"

Primero hay unas proyecciones tridimensionales de bosques nevados y paisajes fantásticos, que sirven de escenario para el descubrimiento de un objeto no identificado, posiblemente alienígeno, en forma de dodecaedro. No hay presencia humana, la única que se supone es la del autor de los vídeos, el descubridor del objeto, que presta su mirada y su desconcierto al visitante.
Parece una película de intriga o de ciencia-ficción, en la que toda la tensión converge en el momento del encuentro entre el humano y el objeto, metáfora de todo lo desconocido. Un encuentro que en la realidad tiene lugar en la segunda sala de la instalación, donde se halla el misterioso dodecaedro de la ficción. ¿Escultura, máquina o entidad inteligente? Para descubrirlo, el visitante debe acercarse y al hacerlo, desencadena una respuesta en forma de secuencias sonoras, que cambian según la distancia que le separa del objeto. Los algoritmos musicales, responsables de la melodía, están sincronizados con los tubos fluorescentes colocados en las aristas del poliedro, que se iluminan al compás.
En conjunto parece una suerte de código, un intento de establecer comunicación y esta capacidad reactiva despierta en el visitante recuerdos de humanoides y años de imágenes de ciencia-ficción, almacenadas en el disco duro de su cerebro.
"El dodecaedro es uno de los cinco sólidos platónicos y la teoría pitagórica de la constitución del cosmos lo vincula con la delimitación del universo. Es una forma geométrica con una marcada carga mística, que se refleja también en la iconografía de la ciencia-ficción, en la cual personifica configuraciones de inteligencia artificial y polos de energía sobrenatural", indica Luque, recordando monolitos geométricos, pirámides, cubos y otros poliedros presentes en la obra de autores como Moebius, Philip K. Dick y Arthur C. Clarke.
La referencia explícita a este género literario y cinematográfico impone una reflexión sobre su vigencia en una época en que la distancia entre ficción y realidad tecnológica es cada vez más reducida y ambigua. "Parece que ya no hay lugar para la anticipación, ni para la fantasía y que la ciencia-ficción haya perdido su habilidad de imaginar una multiplicidad de futuros posibles. Sin embargo, no sólo sigue cuestionando el presente, el pasado y el futuro, sino que cuestiona el papel de la ciencia y la tecnología en la definición de lo humano y por ello constituye un cuadro idóneo para la expresión artística con nuevas tecnologías", asegura el artista.
El artista Félix Luque (http://www.othersounds.net), nacido en Oviedo en 1976 y afincado en Bruselas desde la infancia, centra su trabajo en el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas para sus obras y las de otros artistas y en especial modo en el diseño de sonidos.
En esta instalación utiliza una técnica de su creación, denominada Sonidos invisibles, que consiste en captar a través de micrófonos el ruido de los circuitos eléctricos de la luz y procesarlo en tiempo real para crear una obra sonora, que a su vez se hace visible a través de la luz.
Con este recurso entre tecnológico y poético, el artista juega con la naturaleza invisible de la electricidad y desafía la milenaria tradición occidental que considera el sonido como invisible.

Grandes preguntas

- ¿Quién es? Félix Luque nació en Oviedo en 1976. Graduado en Antropología en la Universidad de Bruselas, antes de volver a Barcelona, y estudiar allí un master en Arte Digital en la Pompeu Fabra y colaborar con David Cuartielles y Alex Posada.
- ¿De dónde viene? Ha estado involucrado en el arte digital, con diversas becas en Barcelona y Bruselas, y exhibiciones en el MACBA y en el CCCB. Y fuera de España, en Shanghai y Linz.
- ¿Adónde va? Seguir desarrollando herramientas para él y otros artistas en el diseño de sonidos.