jueves, 24 de septiembre de 2009

Los papeles de Moscú

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Archivo literario de la antigua Unión Soviética. Cultura rescata 100.000 folios de los escritores republicanos. Ya está aquí la correspondencia, poemas y relatos inéditos y originales de Antonio Machado, Alberti, María Teresa León y Ramón J. Sender, entre otros


Los papeles de Moscú
Rafael Alberti leyendo poemas de Antonio Machado durante la inauguración de una exposición sobre los hermanos Machado, en 1987. - EFE
LUIS DÍEZ - MADRID - 24/09/2009 08:00

El poema de Antonio Machado sobre el asesinato de Federico García Lorca, El crimen fue en Granada, conmovió tanto a los rusos que no dudaron en traducirlo, publicarlo y girarle unos francos. Las cartas inéditas entre Machado y los responsables de la revista soviética Literatura Internacional, los textos y poemas originales de Rafael Alberti o las relaciones con Moscú de Ramón J. Sender, José Bergamín, María Teresa León, Pascual Pla y Beltrán y otros escritores y poetas españoles figuran entre los cientos de documentos existentes en los archivos oficiales de la antigua Unión Soviética sobre la Guerra Civil española, a los que ha tenido acceso Público y cuyo resumen puede verse aquí.

Gran parte de la documentación existente en los archivos oficiales de la antigua URSS sobre sus relaciones con la República española durante la Guerra Civil está siendo copiada y trasladada a España en un lento proceso que se inició en 2005, tras el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y las autoridades de la Federación Rusa. Hasta el momento, la dirección general del Libro y Archivos cuantifica el rescate en unos 100.000 folios en soporte de papel, varios cientos de fotografías y 20 documentales cinematográficos. Una vez catalogados y ordenados, esa documentación de gran valor histórico podrá ser consultada en el Centro Documental de la Memoria Histórica.

Moscú descubrió a Machado y le pagó por el poema El crimen fue en Granada

Machado cotizó en Moscú

En la difusión y promoción en Rusia de la obra de Antonio Machado jugó un papel importante el redactor jefe de la revista Literatura Internacional Sergio Dinamov. El periodista y escritor se dirigía el 6 de agosto de 1935 al poeta pidiéndole que le enviara una autobiografía y una foto. Y añadía: "Tendría mucha gana de publicar en la edición rusa de nuestra revista algunas poesías suyas. ¿Podría usted hacer para nosotros una selección?" Ya en 1938, en plena Guerra Civil, el también redactor de la revista Ton Rokotov, le manifestaba la admiración que le profesaban en la Unión Soviética y le decía que habían traducido y publicado su poema sobre el asesinato de Federico García Lorca, que había aparecido en Hora de España.

Lo más sorprendente es que los rusos pagaban. El 25 de noviembre de 1938, Rokotov escribía a Machado: "Estimado maestro: me es grato comunicarle que en septiembre-octubre le he girado a usted (a la dirección de la revista Hora de España) los derechos (354 fr. 30) por su magnífico poema El crimen fue en Granada, publicado en el número 8 de Literatura Internacional, edición rusa". Machado le contestó en cuanto recibió la nota: "Me es grato poner en su conocimiento que a su debido tiempo envié el acuse de recibo correspondiente al importe de la cantidad por ustedes enviada (204,37) al Banque Comerciale pour lEuropa du Nort". Era el 4 de enero de 1939 y el poeta y su madre apenas tenían recursos para sobrevivir en Barcelona.

Los escritos originales de Rafael Alberti son de las piezas más valiosas y significativas

El valor de Alberti

Entre los textos literarios rescatados de los archivos soviéticos se encuentra el manuscrito original del relato de María Teresa León titulado Contra viento y marea. En sus 55 páginas mecanografiadas, la compañera de Rafael Alberti describe el clima bélico que se vivía en Madrid a raíz de la sublevación franquista del 18 de julio de 1936 y cómo los trabajadores se aprestaban a hacer frente a los sublevados en Somosierra y la Sierra del Guadarrama para defender la capital.

Los escritos originales de Rafael Alberti figuran, por su valor literario y significación política, entre las piezas más valiosas y significativas de los archivos rusos. Su Villancico de Navidad nos muestra un cuadro satírico único sobre la Iglesia Católica y la Corona. En Los niños de Extremadura realiza una descripción tierna y desgarrada de la pobreza y la tristeza de la infancia. Otros poemas y textos originales del poeta describen una España empobrecida, en guerra, en la que no llueve. Y también, las impresiones y emociones de sus viajes a la Unión Soviética.

El autor de La arboleda perdida no oculta su admiración por la obra de José Stalin. Y así, cuando, el 5 de marzo de 1953, el dirigente soviético abandona el mundo de los vivos, el poeta remite a los camaradas rusos desde Buenos Aires, donde se encuentra exiliado, un largo panegírico al finado. Lo titula Redoble lento por la muerte de Stalin y le califica de "padre y maestro". En esta pieza literaria inédita no glosa ninguna cualidad personal del despiadado jefe bolchevique, sino su obra industrial: "No has muerto. Hablan de ti los talleres, el hombre y la mujer nuevos. No has muerto. Lenin, junto a ti, dormido, también dirá que no has muerto", concluye el poema.

Aprecio y triunfo de Sender

Los archivos rusos contienen la fluida correspondencia que el escritor Ramón J. Sender cruzó con sus agentes literarios en Moscú, Sergei Dinamov, Margarita y Ton Rokotov, vinculados a la revista Literatura Internacional. La abundante correspondencia arranca en 1935. Sender les trata con familiaridad y les envía su producción literaria. Sus corresponsales le contestan que sus obras son muy apreciadas y le reclaman más y más textos. Durante la Guerra, ya refugiado en Pau (Francia), Sender les dice: "Escribo mucho. Ahora mi trabajo no es sólo una obligación sino una pasión social lo comprendo mejor que nunca".

Entre los textos se encuentra el original de María Teresa León, Contra viento y marea

El primer éxito del autor del Réquiem por un campesino español fue su relato Orden Público. Se lo publicó la editorial del Estado. Le siguieron Siete domingos rojos y otras novelas cortas como Agua. Su novela de mayor difusión fue Mister Witt en el cantón, de la que se publicaron 10.000 ejemplares en la editorial del Estado. Sin embargo, los rusos poseían su visión y le modificaron el final. Su corresponsal, Margarita, le escribió: "No sé que han hecho con tu final".

Claro que a Sender no le importó demasiado. En las circunstancias de guerra y exilio en las que vivía en 1938, lo importante era obtener algún dinero, de modo que contestó a sus amigos: "La edición me ha gustado mucho, aunque hubiera preferido que conservaran el final, porque de ese modo el retrato de un periodo histórico ya superado es más fiel y los lectores comprenden mejor. Pero en todo caso yo respeto las decisiones de los compañeros y comprendo que si el libro no gana nada, tampoco lo pierde".

Los archivos sobre las relaciones de los escritores republicanos españoles con sus colegas soviéticos también contienen una amplia correspondencia con José Bergamín, algunos de cuyos ensayos y poemas fueron publicados en la principal revista literaria rusa de aquellos años y al que reiteradamente solicitaron que enviase desde el exilio, en México, las publicaciones de la editorial Séneca, que dirigió durante 1940. Frecuentes fueron asimismo las peticiones de colaboración a la ex diputada socialista, expulsada del PCE en México, Margarita Nelken, cuyo hijo, al igual que el de Dolores Ibarruri, Pasionaria, murió en la defensa de Moscú contra los nazis.

Romances de Mateu

Entre las obras inéditas ahora rescatadas se encuentra el libro de poemas Voces de España de Julio Mateu, quien colaboró intensamente con Enrique Castro, Luis Abollado, Segis Álvarez, Ramón Barro, Jacinto Barrio y Ramón Mendezona en Radio España Independiente, que emitía desde Moscú. Castro tardó poco en ser expulsado del PCE y otros, Mateu entre ellos, sufrieron sanciones que los apartaron de la emisora. Desde el exilio, el poeta Mateu escribía: "¡Volveré" Que yo a España, volveré (...) Que he de volver, vivo o muerto, por el aire, el mar o a pie (...) Tarde mucho o tarde poco, vivo o muerto, ¡volveré!" Si no él, sus romances cargados de emoción y los escritos de aquel "poeta de dos patrias", como gustaba apellidarse, han podido llegar a España setenta años después del exilio.

"Ahora mi trabajo no es sólo una obligación sino una pasión social", escribe Ramón J. Sender

También del poeta alicantino Pascual Pla y Beltrán guardaban noticia los archivos rusos sobre la Guerra Civil. En su caso se trata de correspondencia con algunos camaradas rusos que participaron en el Congreso de los Intelectuales Antifascistas celebrado en Valencia en 1937. Pla y Beltrán eran de origen humilde y, como Miguel Hernández, trabajó desde niño y no pudo estudiar. Pero sus textos quedaron en El Mono Azul y en Hora de España.

Tras la Guerra Civil fue detenido y condenado a muerte, le conmutaron la pena y pudo salir de la cárcel en 1946. Ocho años después logró salir de España hacia América Latina. Murió en Venezuela en 1961. Si durante la guerra no podía contestar a tiempo a las demandas literarias de los camaradas rusos y se disculpaba porque estaba en el frente, cuando salió de la cárcel, ya pocos se acordaban de él, pero en los archivos queda su intensa labor en aquella Alianza de Escritores Antifascistas.

Todos los documentos que guardaba Moscú

Filmografía
Las cintas restauradas y rescatadas hasta ahora contienen reportajes informativos sobre la Guerra Civil española, realizados por el cineasta soviético Roman Karmen, quien en 1938 se trasladó a cubrir la guerra de China, atacada por Japón.

Fotografía
Los principales reportajes se refieren a la vida y actividades de las Brigadas Internacionales, organizadas por el Komintern y dirigidas por el comunista francés André Marty.

Documentos
Decenas de archivos oficiales y personales de dirigentes republicanos fueron evacuados a Moscú. A ello se suma el arsenal documental sobre las relaciones oficiales y, en el caso de algunos escritores e intelectuales, la correspondencia con colegas rusos.

Informes militares
Los soviéticos ayudaron a la República con unos 3.000 militares y expertos, cuyos jefes enviaron cientos de informes sobre la evolución de la Guerra.