domingo, 22 de febrero de 2009

Entrevista a Alex Kapranos | Franz Ferdinand


'La industria musical va a morir muy pronto'

Alex Kapranos, en el Rock in Río de Madrid, el año pasado. | Antonio M. Xoubanova

Alex Kapranos, en el Rock in Río de Madrid, el año pasado. | Antonio M. Xoubanova

Franz Ferdinand está embarcado en la gira promocional de su tercer disco, 'Tonight', una celebración de la vida que les está llevando por todo el mundo.

A pesar de ser las tres de la madrugada en Japón, o quizá por eso, el propio Alex Kapranos (Almondsbury, Inglaterra, 1972), líder de la banda, da muestras de esa vitalidad en una conversación telefónica mantenida con motivo de su presencia en el MTV Winter de Valencia el próximo martes.

Esa noche estarán acompañados por Mando Diao, Starsailor y los locales Polock. Será uno de sus primeros grandes conciertos en Europa. La formación escocesa actuará ante unas 35.000 personas que se prevé que acudan a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Un lugar donde son muy queridos; algo que a Kapranos le gusta porque, recuerda evocando los orígenes griegos de su padre, «el Mediterráneo está en mi sangre».

Éste es un extracto de su entrevista con EL MUNDO:

Pregunta.– ¿Es consciente de la enorme repercusión que suscitan sus trabajos?

Respuesta.– Bueno, parece que la gente está disfrutando desde el principio y eso nos hace muy felices. Habían pasado ya dos años desde nuestro último trabajo ['You Could Have It So Much Better with...'], hemos tocado ya bastantes veces y me parece que la forma cómo baila y canta la gente con las nuevas canciones es la mejor respuesta que podríamos obtener.

P.– Su disco estaba en internet antes de saliera a la tienda.

R.– La piratería no me preocupa, porque sé que va a ocurrir, porque sé que es inevitable. No me ocupo de ella en el sentido de que tampoco me obsesiono por el hecho de que algún día voy a morir y lo que hago es limitarme a vivir mi vida. Sabemos que la industria musical, tal y como la conocemos, va a morir muy pronto. Sabemos que las discográficas van a dejar de existir al menos de la forma en que lo han hecho en los últimos 50 años. Eso no significa que nosotros vayamos a dejar de componer, de grabar y de interpretar música. Lo que cambiará es el medio, la forma en la que nuestra música será presentada al mundo.

P.– ¿Han pensado en hacer como Radiohead, en ofrecer su disco a cambio de la voluntad?

R.– No, no, no... No copiaría a Radiohead. Las cosas van a cambiar pero... somos flexibles. No sé en qué desembocará esta situación. Ya reaccionaremos ante ella cuando se presente.

P.– ¿Qué puede esperar el público que vaya a Valencia a escucharles en directo?

R.– Con nosotros siempre pueden esperar un espectáculo. Ésa es nuestra idea al enfrentarnos a una actuación. Después de todos los bolos que hemos hecho durante tantos años hemos aprendido que debemos estar abiertos a la espontaneidad y a la improvisación. Por ello, no en todo el concierto, sino a lo largo de él, introduciremos detalles que lo diferencien de los otros conciertos que hemos ido haciendo.

P.– Su primer disco fue una bocanada de aire fresco; su segundo, la confirmación. ¿Qué es para usted este tercero?

R.– Debería aportar más profundidad y más carácter para hacer posible entender la personalidad de la banda. Consideramos que es el tercero de lo que esperamos que sea una larga serie de álbumes que acompañarán la progresión y el desarrollo del grupo. Creo que también sugiere por dónde irán las cosas en el futuro. Se hizo mucho barullo en la prensa con que usábamos sintetizadores. A alguna gente le gusta, a otros no, pero creo que es un disco en el que se percibe claramente la personalidad del grupo. Es un disco que sigue sonando Franz Ferdindand. Y si sólo utilizáramos instrumentos de viento seguiríamos sonando a Franz Ferdinand. Los cuatro [Kapranos, Nick McCarthy, Bob Hardy y Paul Thomson] tenemos personalidades muy fuertes, definidas, y arreglemos como arreglemos la música, da igual porque se reflejará en las canciones.

P.– Es curioso que ustedes citen sin reparo algunas influencias kitsch como Bohemian Rhapsody, de Queen, o T-Rex.

R.– Sí, sí, sí... Me encantan esos dos grupos. Sus canciones son... [silencio] ¿cuál es la palabra que estoy buscando? Engañosamente complejas. En sus estructuras. Siempre envidié eso, la inmediatez de la música pop, esa complejidad residual...

P.– ¿Les emociona, les asusta o han aprendido a convivir con el hecho de ser estrellas internacionales?

R.– Al principio no conseguía hacerme a la idea de ser famoso. Me resultaba extraño que la gente se me acercara en todos lados y me reconociese, después de haber pasado tantos años sin que eso ocurriera. Pero al final es como cualquier otro cambio que se pueda producir en tu vida; te acabas acostumbrando.

P.– ¿Y lo peor de ser tan famoso, si hay algo?

R.– Me parece extraño, incluso gracioso, que gente que se encuentra en nuestra posición se queje de que están... cansados. Por supuesto que uno se cansa, pero te cansas en todas las profesiones. Yo trabajaba en un cobertizo y también trabajé como chef, y me cansaba igual. Cualquier persona que va a trabajar todos los días se acaba cansando con su trabajo. Y me parece que en esta posición de privilegio en la que nos encontramos quejarse resulta algo perverso.